Un ciudadano estadounidense tiene todos los derechos y deberes que otorga la Constitución, incluyendo votar, traer a familiares directos, y no ser deportado. La ciudadanía se obtiene al nacer en Estados Unidos, por herencia de padres ciudadanos, o mediante naturalización. Los ciudadanos disfrutan de plena protección y los beneficios de pertenecer al país.