Ser abogado de inmigración en los Estados Unidos es un desafío constante, especialmente en momentos de inestabilidad política. En este artículo, encontrarás una reflexión sobre cómo enfrentar las dificultades emocionales y profesionales que conlleva la práctica legal en un contexto de políticas migratorias cambiantes.
Equilibrio emocional en tiempos de cambio
La administración de Donald Trump marcó una era de deportaciones masivas y restricciones en las fronteras que generaron miedo y ansiedad entre los inmigrantes. Actualmente, bajo la presidencia de Joe Biden, la situación sigue siendo incierta, y aunque se han intentado algunos cambios, los tribunales de inmigración continúan abrumados por la cantidad de casos.
Como abogado, debes estar emocionalmente preparado para este entorno en constante cambio. La resiliencia es clave para seguir luchando por la justicia.
Mi experiencia como inmigrante y abogado
Yo mismo soy inmigrante. Nací en Colombia y llegué a los Estados Unidos para escapar de la guerra civil. Como muchos inmigrantes, enfrenté barreras culturales y lingüísticas, ya que no hablaba inglés al llegar. Sin embargo, la determinación fue mi motor.
Me gradué con honores de la Universidad Gonzaga en pregrado y en derecho, y en menos de una década logré fundar mi propio negocio, comprar una casa y convertirme en ciudadano estadounidense.
Esta experiencia personal me ha permitido entender de manera profunda los desafíos que enfrentan los inmigrantes. Como abogado de inmigración, no solo defiendo sus derechos, sino que también comparto una conexión emocional con sus historias. Esto añade una carga emocional significativa, pero al mismo tiempo me impulsa a seguir abogando por una reforma migratoria más justa y eficiente.
El impacto de las decisiones legales en la vida de los inmigrantes
En mi entrevista reciente con Parriva, mencioné cómo los cambios de política han afectado la vida de millones de inmigrantes. Muchos tribunales de inmigración están colapsados, y los jueces enfrentan la difícil tarea de decidir sobre miles de casos, muchas veces desestimando historias de asilo debido al volumen de trabajo. Este agotamiento institucional afecta directamente a las familias que buscan una vida mejor.
Al mismo tiempo, el uso de los inmigrantes como peones políticos añade una capa de complejidad al sistema migratorio. Durante la entrevista, subrayé que “el país necesita inmigrantes, no solo por su mano de obra, sino también por sus contribuciones económicas.” Es crucial que aboguemos por una reforma migratoria significativa para superar los obstáculos políticos y burocráticos.
La importancia de la resiliencia emocional
Escuchar historias desgarradoras de personas que buscan asilo o que enfrentan la deportación inevitablemente nos afecta emocionalmente. Sin embargo, como abogados, es nuestra responsabilidad mantener la calma y seguir luchando por la justicia.
Recuerdo haber compartido en la entrevista: “Prefiero tener pesadillas sobre la decisión de un juez que no hacer nada.” Esta declaración refleja lo esencial que es estar emocionalmente preparado para las realidades de esta profesión.
Perspectivas para el futuro
A pesar de los desafíos, sigo siendo optimista. El camino hacia una reforma migratoria justa es largo, pero cada paso cuenta. Reconocer y aprobar una reforma migratoria profunda es un buen comienzo. La lucha por un sistema migratorio más justo continúa, y es nuestra responsabilidad como abogados asegurarnos de que cada historia sea escuchada y tratada con el respeto que merece.
Este es un llamado a todos aquellos que trabajan en la defensa de los derechos de los inmigrantes: sigamos adelante, manteniendo la esperanza y el compromiso con la justicia.